En Alcorcón, la historia del cacao se remonta a 1875, cuando la familia Maykhel comenzó su andadura en el mundo del chocolate. Alberto, quien dejó atrás su carrera en la farmacia, decidió continuar con la tradición familiar y hoy en día produce tabletas de chocolate que son el orgullo de la comunidad madrileña.
El proceso de creación de su chocolate comienza con la cuidadosa recepción del grano de cacao. "Primero, eliminamos los granos que presentan una mala fermentación o que no han crecido adecuadamente", explica Alberto.
"Utilizamos granos de cacao seleccionados de Ecuador, Venezuela y la zona del istmo de Panamá, específicamente de Sabanitas, donde el cacao es excepcional". Este cuidado en la selección asegura que solo las mejores semillas se conviertan en chocolate puro.
Una vez que los granos son seleccionados, se introducen en un molino donde el cacao comienza su transformación. "En este punto, tenemos chocolate al 100%, sin azúcar añadido. Lo que obtenemos es pasta de cacao", señala Alberto.
A partir de aquí, se refina el chocolate según el porcentaje deseado; por ejemplo, para obtener una tableta al 92%, se añaden solo 4 kilos de azúcar a 46 kilos de chocolate puro, resultando en una tableta con un gramo de azúcar por onza.
Lo que distingue a Maykhel es su compromiso con la pureza del chocolate. "Somos de los pocos fabricantes mundiales que no añadimos manteca", afirma Alberto. Esto responde a su filosofía de crear tabletas naturales y auténticas.
El siguiente paso en el proceso es el atemperado, una técnica crucial para conseguir el brillo y crujido característicos del chocolate. "Este proceso es complicado; si no lo hacemos bien, la tableta puede estropearse o quedar blanquecina", advierte. En su taller, pueden almacenar más de 100 kilos de chocolate terminado para ser utilizado en diferentes atemperadoras.
Además del chocolate puro, Maykhel también ofrece tabletas innovadoras como las elaboradas al 76% con violeta de Madrid. "Estas tabletas se hacen totalmente a mano y llevan un caramelito de violeta junto con un espolvoreado triturado", cuenta Alberto sobre este sabor tan peculiar y apreciado por sus clientes. También ofrecen variedades como fresa, frambuesa y café.
Finalmente, tras un enfriamiento controlado durante media hora, las tabletas son envasadas y listas para ser disfrutadas por los amantes del chocolate.
Con más de un siglo de experiencia y una pasión inquebrantable por el cacao, Maykhel sigue siendo un referente en el mundo del chocolate madrileño, combinando tradición e innovación en cada tableta que producen.