Pacita, la loba fantasma de la Casa de Campo: la leyenda urbana que hechizó a Madrid

  • En los años 70, una misteriosa loba supuestamente vagaba por el pulmón verde de Madrid
  • Una loba entre la maleza… o eso decían. Su historia, jamás confirmada. ¿Realidad, mito o necesidad de creer?
Paseo de los Castaños en la Casa de Campo
Paseo de los Castaños en la Casa de Campo |TURISMO MADRID

Situémonos. Finales de los años 70. Madrid empezaba a quitarse el polvo de la dictadura. Sus calles hervían entre protestas, ganas de vivir y sueños. Y en este contexto de efervescencia y cambios, surgió la historia de una loba que deambulaba por la Casa de Campo.

Los madrileños la bautizaron “Pacita” y pronto su existencia empezó a correr de boca en boca. No había vídeos, ni fotos, ni huellas. Solo relatos que coincidían sobre el avistamiento de un gran animal, solitario que aparecía entre los arbustos y árboles al atardecer de la Casa de Campo.

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¿Quién era Pacita?

La descripción apuntaba a un lobo ibérico, pero también podía ser un perro asilvestrado de gran tamaño. Nadie lo sabía con certeza, y eso no parecía importar. Su misteriosa aparición se propagó como la espuma y de repente todo el mundo hablaba de Pacita, mientras las autoridades guardaban silencio.

Ni el Zoo de Madrid —situado dentro del propio parque— ni los guardas forestales confirmaron jamás la existencia de ningún lobo. Tampoco hubo informes oficiales que atestiguaran su presencia, ni desmentidos que lo negaran. El silencio institucional ayudaría a alimentar la historia.

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Algunos sugirieron que Pacita podría haber sido un ejemplar escapado de una colección privada. Otros apuntaban a una ilusión óptica. Pero lo cierto es que Pacita se convirtió en una fábula urbana que alimentó el imaginario colectivo de los madrileños en aquellos años.

La loba nunca fue vista por todos, pero todos hablaban de ella. Umberto Eco, en "Apocalípticos e Integrados" legitima el valor cultural de estas narrativas compartidas, inciertas y no verificables. “Lo importante no es tanto la veracidad del hecho, sino el hecho de que se diga, se repita, se propague. La mitificación es un lenguaje de la cultura popular”, escribió.

Hoy, en la era de los bulos digitales, la historia de Pacita parece pura inocencia. Una leyenda analógica, contada a viva voz, sin likes. Solo imaginación. Un simple rumor, inesperado y ambiguo. Un simple eco de lo fuimos y de lo que estamos dispuestos a creer.