La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado a la baja en dos décimas el crecimiento del PIB español tanto de este año como del que viene y lo sitúa en el 2,4% en 2025 y el 1,9% en 2026.
El organismo internacional difundió este martes sus nuevas previsiones macroeconómicas que revelan un descenso, después de que las hubiera elevado el pasado mes de marzo. Pese a ello, el crecimiento de España será superior al de la media de la zona euro, del 1% este año y el 1,2% el que viene. También superará el de Alemania (0,4% en 2025 y 1,2% en 2026), el de Francia (0,6% y 0,9%) y el de Italia (0,6% y 0,7%). El crecimiento español no superará a la media de toda la OCDE, del 2,9% en cada uno de los ejercicios.
Las proyecciones de la OCDE son inferiores a los cálculos del Gobierno, que espera un crecimiento del 2,6% este año y del 2,2% el que viene.
Según explica la OCDE, el crecimiento de España se mantiene "robusto", pero "gradualmente moderado". Se verá impulsado por la demanda interna, apoyándose en un mercado laboral "robusto", en mayores ingresos y mayores ahorros de los hogares.
Se prevé que la inversión crezca durante este año y el próximo por el descenso de los costes de financiación y la implementación del plan de recuperación.
El crecimiento de las exportaciones se ralentizará por la debilidad de la demanda por parte de los socios comerciales de España y los efectos de los aranceles estadounidenses. Las exportaciones de maquinaria y productos agroalimentarios aún podrían verse afectados por los aranceles.
Los riesgos para el crecimiento están sesgados a la baja, incluyendo la escalada de las tensiones geopolíticas, más aranceles a las exportaciones europeas, más incertidumbre y un endurecimiento de las condiciones financieras.
En cuanto a la inflación, la OCDE prevé que baje una décima este año respecto a las anteriores proyecciones, hasta el 2,4%, y dos décimas el que viene, para quedarse en el 1,9%. El organismo explica el descenso por la bajada de los precios de los alimentos y la energía y la limitación de las presiones salariales.
La inflación 'core' (excluyendo alimentos, energía, alcohol y tabaco) se situará en el 2,3% este año y el 2% el que viene.
La tasa de paro se situará en el 10,7% este año y el 10,1% el que viene, marchando una tendencia a la baja respecto a los años inmediatamente precedentes.
Por su parte, la OCDE estima que el déficit público se situará en el 2,8% del PIB este año, desde el 3,2% de 2024, y bajará hasta el 2,3% en 2026. Recuerda que la mayoría de las medidas temporales de ayuda por el repunte de la inflación se ha eliminado gradualmente y la reducción del déficit se sustenta en mayores ingresos por la creación de empleo y por medidas fiscales. También cita la disminución del gasto asociado a la dana y a la crisis energética.
Las proyecciones de la OCDE incorporan un aumento gradual del gasto en defensa en 2025 y 2026, así como el plan de respuesta a los aranceles por importe de 14.000 millones.
La deuda pública sobre el PIB también mostrará un descenso y abandonará la cota del 100% en 2026. En concreto, este año se situará en el 100,4% del PIB y el que viene se quedará en el 99,3%.
La OCDE subraya que la consolidación fiscal sigue siendo "esencial" para que la deuda pública siga una tendencia a la baja, se cumpla con las reglas fiscales y se puedan afrontar los gastos crecientes derivados del envejecimiento y la transición verde. Plantea que la ampliación "gradual" de la base imponible del IVA, el aumento de los impuestos ambientales y la eficiencia en el gasto público respaldarían los esfuerzos de consolidación y darían más margen para que el gasto impulse el crecimiento.
La OCDE también apunta que reducir las barreras de entrada a los servicios, simplificar y nivelar la normativa en todos los niveles de la administración y acelerar la colaboración público-privada para el plan de recuperación estimularía más la inversión y el aumento del crecimiento potencial.