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Olga Salido, socióloga: “Tenemos una reflexión pendiente sobre el impacto de la pandemia”
- La vicepresidenta de la Federación Española de Sociología analiza para Telemadrid.es cómo la pandemia de covid ha influido en la sociedad

Han pasado cinco años desde que un virus que apenas medía, en promedio, entre 50 y 200 nanómetros de diámetro se extendió por el mundo y marcó un antes y un después en la historia reciente. Un virus que provocó una pandemia y nos enfrentó a situaciones que nunca habíamos vivido. Un virus que nos cambió para siempre. O quizá no.
“Yo creo que sí, hemos cambiado. Pero nos falta reflexión sobre hasta qué punto y en qué dimensiones hemos cambiado”, Olga Salido Cortés, socióloga, vicepresidenta de la Federación Española de Sociología, profesora titular de la Universidad Complutense de Madrid y co-editora del libro ‘Sociología en tiempos de pandemia’, analiza para Telemadrid.es cómo la pandemia ha influido en la sociedad.

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Destaca, en primer lugar, que la pandemia “fue tan brutal” y afectó tanto a “todas las dimensiones de la vida en el sentido más literal” que “obviamente dejó una huella”. “Como sociedad tenemos una reflexión pendiente sobre cuáles son las dimensiones de este impacto y sobre qué hacer”, señala Olga.
Pero la pandemia no nos afectó a todos por igual. Olga destaca que las encuestas que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizó en su momento para evaluar su impacto en la salud mental de la población muestran esta huella y evidencian, además, “grandes diferencias por sexo y edad”. En ellas se puede ver que “las mujeres sufrieron muchísima más ansiedad y preocupación y los jóvenes también”. Dos años después del inicio de la pandemia las encuestas mantenían estos resultados.
Pero ahora, cinco años después, “lo hemos normalizado”, dice Olga y lamenta que “no existan medidas expresas” para abordarlo.
Jóvenes: vulnerabilidad y culpa

Como profesora de universidad, Olga Salido está en primera línea para detectar los cambios que la pandemia ha provocado, no sólo en la población en su conjunto sino, en especial, entre los jóvenes.
“Nos hemos vuelto más vulnerables”, explica, “yo nunca he tenido tantos estudiantes que tengan ansiedad, no es una cosa masiva pero en cada grupo de 50 o 60 personas hay por lo menos dos o tres que sufren fuertes episodios de ansiedad ante una situación tan habitual en las clases como un examen”.

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“Los jóvenes están mal y tienen problemas porque han pasado cosas graves que no han sabido cómo manejar”, señala Olga.
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Porque les pilló “en una edad de ensayo, eran adolescentes”, explica Olga Salido. “Necesitaban socializar, relacionarse con otra gente de su edad y, sin embargo, los confinamos y además los convertimos en un vector de riesgo”.
Tuvieron que asumir que la sociedad entera les dijera que “podían ser los culpables de que sus padres o, sobre todo, sus abuelos, enfermasen o incluso muriesen”. Al encerrarles en casa, la pandemia les impidió tener aquellas vivencias que necesitaban.
“Necesitaban socializar, relacionarse con otra gente de su edad y, sin embargo, los confinamos y los convertimos en un vector de riesgo”
Olga señala la evidencia de estudios que demuestran, incluso, retrasos en el desarrollo de los más pequeños: “Hay estudios de niños pequeñitos que estaban aprendiendo a hablar y tuvieron retrasos en el aprendizaje del habla y en la emotividad porque nos tapamos la boca. Una buena parte de cómo aprendemos a hablar es viendo cómo los demás mueven la boca y expresan las emociones”, explica.

“Los niños necesitaban jugar pero los adolescentes necesitaban establecer juegos de rol, jugar a todo, a ser adultos, a ser mayores, necesitaban equivocarse, necesitaban hacer tonterías y hasta enamorarse”. Olga explica que la pandemia les impidió expresar “ese cóctel molotov de hormonas” que necesitaban expresar.
“Si tú no haces tonterías cuando eres joven, si mantienes toda tu emotividad dentro de un corsé estricto y además se establece una culpa si te expresas demasiado o si te rebelas contra ese control, las consecuencias, obviamente, no son buenas”.

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Los jóvenes pasaron por la pandemia sin las herramientas para saber manejar la situación y este es un tema que “debería estudiarse sociológicamente”, insiste Olga Salido. “Fue maravilloso que se hicieran estudios durante aquel tiempo, pero se dejaron de hacer porque ahora las prioridades de la sociedad son otras”.
Una vez pasadas las restricciones, el confinamiento y la pandemia, los jóvenes sólo querían “vivir la vida”
Las medidas de confinamiento “tuvieron efectos positivos en el sentido de impedir que se propagase el virus”, pero la presión que sufrieron los jóvenes “fue excesiva”, insiste, y aboga por realizar estudios “de la salud mental de la población y estudiar cómo ha cambiado la sociabilidad”, algo que califica como “esencial” no solamente para “comprendernos como sociedad”, sino también “para crecer como una sociedad sana.”Una vez pasadas las restricciones, el confinamiento y la pandemia, los jóvenes sólo querían “vivir la vida”.
Mujeres: la carga invisible

No sólo fueron los jóvenes. Las mujeres también enfrentaron un impacto desproporcionado porque sobre sus hombros “cayeron las responsabilidades que hasta ese momento estaban en otras instituciones”.
Con los colegios cerrados y el trabajo remoto, muchas asumieron simultáneamente el cuidado de los hijos, las tareas domésticas y sus empleos. “De repente los niños estaban en casa y comían en casa y ellas eran responsables, no sólo de su salud sino también de si estudiaban o no y de hacerles la comida cada día”.
Sobre los hombros de las mujeres “cayeron las responsabilidades que hasta ese momento estaban en otras instituciones”
Olga Salido pone como ejemplo sus propias vivencias durante la pandemia: “Yo seguía teniendo mi trabajo y era subdirectora del departamento. Estábamos desbordados de trabajo. Teníamos que conectarnos cuatro personas a la vez, se estropeó el router, tuvimos que comprar móviles que era lo único que se podía comprar para dar clases con datos. Y al mismo tiempo había que ocuparse de hacer la comida, de comprar, de cuidar a los que caían enfermos”, recuerda.

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“Hay un fuerte soporte a la idea de la igualdad de género y de que hombres y mujeres tienen que trabajar igual fuera y dentro de casa pero cuando te confinan y no hay nadie que venga a hacerse cargo de las responsabilidades domésticas, de repente se evidencia una realidad: la división sexual del trabajo se mantiene”, señala, “lo digo de una manera general, cada hogar es diferente, pero lo que se ha puesto de relieve es que las mujeres tuvieron que asumir muchísima más carga”.
Encuestas como las de Eurofound (Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo) y el Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE) confirman esta desigualdad. “Es brutal, hay grandísimas diferencias en términos de las responsabilidades que asumieron hombres y mujeres”.
“La productividad científica de los hombres aumentó durante el confinamiento mientras que la de las mujeres disminuyó. No teníamos tiempo para nada”
La vicepresidenta de la Federación Española de Sociología apunta también a un fenómeno académico revelador: “La productividad científica de los hombres aumentó durante el confinamiento mientras que la de las mujeres disminuyó. No teníamos tiempo para nada”.
Fueron los directores de las revistas científicas los que dieron la voz de alarma, porque casi todos los ‘papers’ que les llegaban eran enviados por hombres.
Lecciones aprendidas

“Cuando llegó la pandemia estábamos avisados pero no estábamos preparados”. Olga Salido valora la rápida reacción de algunos gobiernos y medidas como los ERTE en España que evitaron una crisis laboral mayor.
“Se tomaron muchas decisiones muy importantes de manera muy apresurada por personas que también son de carne y hueso”. Olga Salido aboga por dar valor al trabajo de todos los dirigentes “sean del color que sean, a nivel de comunidades autonómicas, a nivel de país, en este país y otros países” que tuvieron que enfrentarse a la pandemia y tomar decisiones “con un nivel de incertidumbre del 90% y en condiciones en las que ves que la gente se muere a 900 personas al día, yo no sé ni cómo se puede sobrevivir a algo así”. Personas, al fin y al cabo, que tuvieron que vivir “un estrés insoportable” y además “bajo el espejo público”. “No se supo hacer mejor”.
“Cuando llegó la pandemia estábamos avisados pero no estábamos preparados”
También celebra iniciativas como la incorporación de asesores científicos a los ministerios: “De una vez por todas nos hemos dado cuenta de que el arte de la política es también el arte de la ciencia. Las decisiones tienen que estar informadas con evidencia científica y con el asesoramiento científico debido, hacen falta decisiones muy meditadas y con equipos multidisciplinares”, explica y lamenta que “una de las cosas que ha fallado es la reflexión sociológica desde el minuto cero”.
¿Estamos ahora más preparados?

La pandemia nos sorprendió aunque, como señala Olga Salido, ya había informes previos como el plan de seguridad de 2017, que alertaban sobre la posibilidad de una epidemia.
Cinco años después, la pandemia de covid sigue siendo un espejo de nuestras fortalezas y fragilidades. Para la vicepresidenta de la Federación Española de Sociología, es esencial comprender los cambios que produjo, estudiar “la salud mental de la población” y no solamente “para comprendernos como sociedad”, sino también para “crecer como una sociedad sana y fuerte, capaz de hacer frente a otras cosas”. Para eso es necesario realizar encuestas y estudios. La tarea aún está por completarse.
Es esencial comprender los cambios que produjo la pandemia para "creer como una sociedad sana y fuerte"
Durante la pandemia se repitió como un mantra la frase ‘de esta saldremos mejores’. A la pregunta de si lo hemos conseguido, Olga Salido se muestra cautelosa: "No lo sé, creo que contestaría desde mis sentimientos porque no tengo información sobre ello” e insiste en la falta de estudios. “A nivel personal relativizo bastante más las cosas”, reconoce, “como socióloga considero que ha pasado poco tiempo para valorarlo”.

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En todo caso, insiste en que “tenemos una reflexión pendiente todavía que hacer” sobre el impacto que produjo el covid. Y destaca, además, la necesidad de dar seguimiento a cuestiones como la "exclusión social" y las "condiciones de vulnerabilidad de los hogares", que se agravaron durante la crisis.
Y su voz, aún afectada por un catarro reciente, no opaca la claridad de su mensaje: hay cambios evidentes, pero también muchas preguntas sin respuesta.